Reseña

Si la lingüística moderna nace con Saussure, su culminación teórico-formal se alcanza con Louis Hjelmslev, que llev a sus últimas consecuencias las intuiciones saussurianas, dentro siempre de una profunda originalidad. El lingüísta damés --Dinamarca es tierra de lingüístas-- ha levantado en los Polegómenos, una de sus últimas y fundamentales obras, el mayor edificio del formalismo lingüístico. Con ello establece las bases de una nueva lingüística, en la que el lenguaje deja de ser medio para otra cosa y es consiferado como fin en sí mismo, como estructura autónoma y organizada, no ya un mero conglomerado. Es la lingüística estructural o funcional.

Los Prolegómenos exponen los principios, conceptos y métodos de una verdadera teeoría del lenguaje, válida para toda lengua y todo tiempo, Ha de partir, pues, de premisas generales inatacables, de las cuales vayan procediendo todas las otras proposiciones. Ha de describir textos de modo coherente, exhaustivo y simple. Ha de tomar por método no el inductivo acostumbrado sino el deductivo, analítico, especifivador, que va de las clases a los componentes de los componentes. Sólo así podrá conocerse cualquier lengua de manera rigurosamente científica y sistemática.

Pero ¿será posible encontrar una constancia en la fluctuación y movilidad del habla? Hjelmslev piensa que sí: todo proceso --natural o humanístico-- debe tener su sistema ordenador. Y así lo hace ver el lenguaje si lo consideraamos formalmente, esto es, como un conjunto de funciones o dependencias entre elementos, y entre ellos y el todo de que forman parte. Un hecho se revela ahí como esencial: hasta un número limitado de unidades --figuras-- para construir el limitado despliegue de los signos lingüísticos. En el pensamiento de Hjelmslev importa muchísimo la explicitación y desenvolvimiento de dicotomías saussurianas tales como lengua y habla (=sistema y proceso), significante y significado (= expresión y contenido), forma y sustancia. El maestro danés distingue un plano del contenido que se exigen mutuamente, Pero la lengua en forma esencialmente (los contenidos no interesan aquí) y su estudio constituye un álgebre lingüística (glesimática) donde privan los valores abstraídos y generalizados. La teoría hjelmsleviana vale, en ciertos aspectos, para toda ciencia, y pide a todas las ciencias que colaboren con la lingüística. Ya se entiende: los Proligómenos no es obra que se deje leer de corrido.

Penetrar en este mundo terminológico-conceptual (formas desnudas; objetos convertidos en puros haces de relacions; sistema cerrado de definiciones) exige gran concentración mental. Tan cristalino ámbito se vuelve hermético a cualquier paso en falso del lector.