Reseña
Redefinir, con los propios pasos, un paisaje: ése es el afán de la voz que nos habla en De camino de Babadag, en su viaje por una Europa olvidada, de Polonia a Hungría, de Rumanía a Eslovenia, de un pueblo a otro, atravesando fronteras que han cambiado de lugar, que han surgido sin más o se han esfumado entre violentos estertores. Una Europa condenada al olvido, la marginación y, al cabo, su inexistencia. En "De camino a Babadag (163)", Andrzej Stasiuk renueva una antigua tradición, la del viaje como metáfora que construye—en su caso desde un lirismo no exento de ironía—el espacio de nuestra identidad.