Reseña
En el camino hacia la configuración definitiva del teatro nacional español ocupa Juan de la Cueva un lugar destacado, haciendo confluir la tradición clásica del Renacimiento con la popular y romancística. Si la Comedia del Infamador anticipa temas y formas que vamos a encontrar en el teatro barroco y logra copnstruir la fig ura de un loco necio y fanfarrón que imagina que el dinero va a rendir a sus pies las voluntades ajenas, en la Tragedia de los siete infantes de Lara hace revivir en la escena uno de los más conocidos temas nacionales. Una emoción extraña y nunca sentida en el teatro -dice Menéndez Pidal- debió de apoderarse de todos los espectadores. Eran los mismo versos del romance que todos sabían y recitaban desde tiempo inmemorial y que, repetidos ahora, anunciaban una nueva fuente de vida para el teatro cuyo manantial comenzaba a gotear antes de desatarse en copiosos raudales. José Cebrián , catedrático de Literatura Española y autor de numerosos trabajos sobre nuestro dramaturgo, aporta en esta documentada y cuidada edición, acompañada de un notable estudio introductorio, un instrumento de calidad para adentrarse con amena lectura en el apasionante mundo de la dramaturgia prelopesca.