Reseña
Las sesiones del Cabaret Voltaire, en el Zúrich de 1916, convulsionaron el mundo del arte y dieron lugar a lo que convino en llamarse «dadá». Sin embargo, más que el inicio de una nueva época artística, en manos de Hugo Ball, éstas significaron la evidencia de la desintegración, intelectual, estética y moral, que desembocó en la Gran Guerra. En un intento extremo por buscar el núcleo del arte y la literatura que debía erigirse en salvación, dadá fue un grito de desespero y un afán de medicina. La huida del tiempo recoge la expresión más substantiva y reflexiva del nuevo movimiento, antes de que el dadaísmo dejara de ser un sistema de crítica y análisis para convertirse en uno más de los ismos de vanguardia que poblaron el horizonte europeo