Reseña
La lucha por la libertad ha estado presente a lo largo de la historia de la Humanidad. Definir la libertad, como afirma R. Sánchez Ferriz, es sumamente difícil ya que se trata de una vivencia humana, aunque sí puede afirmarse que la libertad es la base sobre la que descansa el reconocimiento y tutela de los demás derechos humanos. En última instancia se trata de reconocer que el poder debe frenar sus impulsos ante determinados ámbitos humanos.
El problema jurídico de la libertad y de los demás derechos no es tanto su reconocimiento formal como elemento propio de la naturaleza humana cuanto su manifestación en el ámbito social. En este sentido, puede afirmarse (Sánchez Ferriz) que las dimensiones de la libertad que más pueden interesar en los regímenes democráticos actuales son:
1-La que permite el desarrollo libre del sujeto individualmente o a través de los grupos en los que se integra.
2-La que permite su contribución como ciudadanos al desarrollo de la organización social, la libertad política y la de participar en los asuntos públicos.
Tiende así la libertad a completar los dos grandes ámbitos de la vida del hombre: lo público y lo privado; lo personal y lo social. Esta libertad, por otro lado, no se muestra en los ordenamientos actuales tan en abstracto, sino que se manifiesta en una pluralidad creciente de derechos y libertades concretos que se refieren a ámbitos determinados de la vida del hombre.