Reseña
El arte que surgió a partir del siglo VII en los imperios islámicos abarcó desde España y Marruecos hasta las fronteras de China. Llevaba el sello sobre todo de los árabes, los persas y los turcos, pero también hubo aportes sobresalientes llegados de Egipto e India. Arte islámico presenta ejemplos prominentes: lujosas cerámicas, alfombras de oración y orfebrería, así como testimonios de las artes decorativas y la caligrafía y, sobre todo, las obras maestras de la espléndidamente colorida iluminación cortesana de libros de Persia y los emperadores mogoles de India. El libro examina las contribuciones de los diferentes países y cómo se influyeron entre sí, y de este modo ilustra vivazmente el despliegue del delicado esplendor y la belleza de cuento de hadas del arte islámico desde sus inicios hasta la era moderna.