Reseña
La Ilustración y el Positivismo decimonónico vieron al demonio como mero producto de las sociedades primitivas. El psicoanálisis y la mitocrítica han realzado su figura, pero a cambio de desterrarlo al mundo simbólico de lo onírico. Y, sin embargo, fue un personaje real en la representación cristiano-feudal del mundo, un personaje que interviene en la historia humana y omnipresente en la literatura eclesiástico-nobiliaria. Reyes, caballeros, santos, vírgenes y simples pecadores cayeron en sus redes y fueron momentánea o definitivamente sus siervos. El presente libro se ocupa y recrea esos relatos, en los que se unifican las tentaciones diabólicas y femeninas y la fascinación por las apariencias mundanas y carnales. Pero no es, en sentido estricto, un estudio sobre el demonio, sino primordialmente una aproximación crítica a la narración medieval.