Reseña
En las páginas del libro ‘Rosas y mirtos de luna…’
Que se publica al cumplirse el centenario del nacimiento de Federico Garcia Larca, y cuyo titulo, tomado de un poema de Canciones, nos sugiere por si mismo todo un mundo de asociaciones y sentidos misteeriosos, se analiza con detalle un aspecto fascinante, y muy poco estudiado hasta la fecha, de la obra del autor: los simbolos y metáforas de origen vegetal presentes en sus escritos.
Heredera del arte romántico y simolista, que pretendió descubrir leves signos y voces misteriosas en la naturaleza inanimada, y en contacto permante con el mundo campesino y con las tradiciones populares, la obra de Federico Garcia Lorca se nos ofrece, en efecto, como un hermoso y variado jardin en que los árboles, los arbustos, las flores, las raices o los pétalos, el mundo vegetal en su conjunto, y hasta la tierra misma que lo sostiene y da vida, adquieren significados diversos, algunos de ellos de origen milenario, otros de extraordinaria originalidad, que nos hablan acerca de los más hondos enigmas de nuestra existencia - amor, sexo, nacimiento, vida, melancolia, nostalgia, decadencia o muerte -, y subyugan al lector de cualquier lugar o época por su capacidad de sugestión y su vigor expresivo.