Reseña
La guerra civil española no concluyó en 1939. No se trataba de un mero golpe militar que pudiese darse por satisfecho con la toma de poder. Los propósitos de los sublevados eran depurar el pueblo español eliminando a quienes habían hecho posibles los avances democratizadores de la Segunda república, reeducar a los recuperables y establecer unos controles que impidiesen que en lo sucesivo pudiera volver a producirse algo semejante.
Ello implicaba convertir la guerra civil en algo permanente y hacer de España, como escribió Marcos Ana, una inmensa prisión.
Hay ya una literatura importante sobre la represión, pero lo que en este volumen se intenta por primera vez, como resultado de la confluencia de una serie de líneas de trabajo en pleno desarrollo, es una visión de conjunto de lo que representaron los campos de concentración y las cárceles como pieza fundamental del sistema político del franquismo.