Reseña
Nuevos documentos procedentes del Este arrojan luz sobre uno de los siglos más oscuros de la historia europea.
En toda historia late el esquema civilización-barbarie. No obstante, en pocos períodos históricos ha estado tan presente esta relación dialéctica como en la Europa de nuestro tiempo. Durante buena parte del siglo XX europeo, la civilización y la barbarie avanzaron codo con codo. Si ya en 1919, Anna Ajmátova había señalado que el siglo XX era «peor que cualquier otro», desde entonces se hace difícil disentir si se tienen presentes los campos de muerte de Flandes, el Somme, Caporetto, Stalingrado y Leningrado; los bombardeos de Guernica, Rotterdam, Coventry, Hamburgo y Dresde; las matanzas de inocentes en Lídice y Oradour; las guerras llamadas grotescamente «civiles» de Rusia, Finlandia, Irlanda, España, Grecia y Yugoslavia; los campos de trabajo esclavo del Gulag; los osarios de Auschwitz, Treblinka, Sobibor, Majdanek, Betzec, Mauthausen y Jasenovac, o las víctimas del terrorismo político de Bolonia, Estambul, Madrid y Londres. Un largo listado de barbaries, pero también el mismo período ha vivido la otra cara: el auge civilizador; la
democracia se ha consolidado en una Europa cada vez más unida, la esperanza de vida se ha alargado considerablemente, los niveles de vida han subido de manera espectacular, el analfabetismo ha sido prácticamente
erradicado y las mujeres, las minorías étnicas y los homosexuales se han acercado a una situación de respeto e integración. Partiendo de las últimas investigaciones y de revelaciones documentales procedentes de los archivos del Este, Bernard Wasserstein logra captar la esencia de un siglo turbulento de la historia europea en una síntesis imprescindible para cualquier persona que desee conocer nuestro pasado más inmediato.