Reseña
Oscura lucidez se compone de tres variaciones sobre un mismo tema: el abismo de la condición humana; tres historias entretejidas que se inscriben en sendos escenarios contemporáneos: la violencia doméstica, la inmigración y la guerra de los Balcanes. Estas peripecias vitales están servidas por la voz del narrador, internado en un establecimiento psiquiátrico como consecuencia de un terrible suceso. Su voz surge gracias a la mediación terapéutica de Claudia (personaje destacado por Espido Freire «por su complejidad e inusual verosimilitud en el tratamiento de un personaje femenino»), la doctora que dirige el centro y con la que el protagonista establece una compleja relación, y cristaliza en una novela desazonadora, deliberadamente ambigua. Y aún más cuando la imagen racional y amable que nos traslada de sí mismo el narrador, que suscita la comprensión, la piedad y hasta la simpatía, se completa y cobra sentido al revelarse los atroces recuerdos que anestesian su memoria.
El lector tendrá, como siempre, la última palabra ante esta novela calificada por Fernando Marías de «fuerte, difícil, intensa y absorbente, que habla con claridad e invita a la reflexión».