Reseña
Mezquitas e iglesias, aviones y trenes, escuelas, instalaciones militares, salas de espectáculo y mercados, prisioneros y rehenes, policías y viandantes, cristianos y judíos, ateos, hinduistas, yazidíes y musulmanes, sobre todo musulmanes: los objetivos de la furia yihadista son múltiples y nadie puede sentirse a salvo.
Los ataques se han producido en Estados Unidos y en Europa, en Oriente Medio y en África del Norte, en Nigeria y en Somalia, en Asia central, en el subcontinente indio y en Indonesia. Más de 170.000 personas han sido asesinadas en este siglo en nombre de la yihad por quienes, sin embargo, violan los principios básicos que tradicionalmente han caracterizado a la verdadera yihad: una guerra defensiva proclamada por un gobernante legítimo y cuyos combatientes evitan la violencia contra los civiles. Se proclaman muyahidines, pero voces islámicas de gran prestigio han condenado sus actos como contrarios a los principios básicos del islam. Hemos dado en llamarles “yihadistas”. ¿De dónde viene tanto odio?
Esa es la pregunta a la que trata de responder este libro, que analiza la historia del yihadismo desde sus orígenes en las décadas finales del pasado siglo hasta su auge actual, protagonizado por las dos organizaciones terroristas más letales de la historia, Al Qaeda y el Daesh. ¿Es resultado de la pobreza y de la opresión, una respuesta al imperialismo occidental o una manifestación del choque entre dos civilizaciones? El análisis que aquí se presenta presta atención a factores económicos y políticos, a la frustración social y al papel de las nuevas tecnologías de la comunicación, y destaca cómo una tradición religiosa milenaria ha sido desvirtuada para convertirla en un discurso del odio. Juan Avilés Farré es catedrático de Historia Contemporánea en la UNED.