Reseña
«Creí justo recurrir a la violencia para transformar el mundo», escribió Manuel Tagüeña al recordar el impulso que, muy joven aún, le llevó a ingresar en las Juventudes Comunistas.
Como él, miles de jóvenes de derechas o izquierdas compartieron la doble creencia, habitual entre sus mayores, de que el nuevo mundo no alumbraría sin grandes dolores de parto y que era legítimo recurrir a la violencia para forzar su pronta llegada.
De esas creencias y de su plasmación en la acción política colectiva trata este libro. Católicos, monárquicos, fascistas, anarquistas, carlistas, marxistas, nacionalistas, militares, patronos: desde 1900, ninguna de estas fuerzas evitó recurrir a la violencia para transformar, en un sentido u otro, el mundo que les había tocado vivir. A cada una de ellas se dedica un capítulo, a cargo siempre de autores que ya tienen publicada una obra considerable sobre su respectiva materia.