Reseña
El universo literario de hoy, territorio conquistado a las burocracias de Estado y a sus academias, no se configura hasta el siglo XIX. Nadie se encuentra ya en situación de decidir taxativamente lo que debe escribirse y culés son los cánones del buen gusto: los escritores, los críticos y los editores libran la batalla del reconocimiento y la consagración. El proyecto estético de Flaubert cuaja en el momento en que la conquista de la autónoma ingresa en su fase crítica.
As, a través de la descripción de la génesis y estructura del campo literario, Pierre Bourdieu demuestra en primer lugar en qué medida la obra de Flaubert está en deuda con la constitución del campo, del espacio de las posiciones y de las tomas de posición de las diversas corrientes, movimientos, escuelas y autores de la poca: en otras palabras, como el Flaubert escritor se produce precisamente por lo que contribuye a producir.
Aplicando las reglas del arte al da de hoy - esa lógica a la que obedecen escritores e instituciones literarias y que se expresa en forma sublimada en las obras -, Pierre Bourdieu hace volar en pedazos el espejismo del genio todopoderoso del creador y, al mismo tiempo, sienta los cimientos de una ciencia de las obras, cuyo objeto será no solo la producción material de la obra misma sino también la producción de su valor.
Sin embargo, en lugar de aplastar al creador bajo el peso de los determinantes sociales que pesan sobre él y reducir la obra al medio que la vio nacer, la extraordinaria contundencia del análisis desarrollado en este texto permite comprender por fin la tarea específica que el artista (y especialmente el escritor) debe llevar a cabo - en contra y gracias a esos determinantes sociales - para llegar a producirse como creador, es decir, sujeto de su propia creación.