Reseña
Si, como quieren los epicúreos, la infelicidad toma pie en falsas opiniones y fantasías erróneas, y la felicidad, por tanto, en la superación de unas y otras, si es así, convendrá poseer de antemano el týpos, la impronta de los principios y valores fundamentales que, en el caso de los filósofos, habrán de guiar la posterior reflexión y que, para el resto de los mortales, proporcionan una articulación rudimentaria del saber, necesaria para su transmisión más rápida y para ofrecer una mejor respuesta a los problemas e inquietudes de la vida cotidiana: "a menudo necesitamos de la visión de conjunto, y no tanto de la pormenorizada" (Ep. Hdt. 35). ¿Cuánto saber requiere la felicidad? ¿Cuánta filosofía es necesaria para lograr la paz del alma? En realidad, poca y fácil. Todos, viejos y jóvenes, deben filosofar: "nadie está demasiado adelantado ni retardado para lo que concierne a la salud de su alma" (Ep. Men. 122).