Reseña
Escuchar la voz de los personajes es lo que los hace humanos, lo que logra que parezcan vivos. Cualquier fallo en su concepción, ya sea en el fondo o en la forma, ya sea por falta de naturalidad, por exageración o por cualquiera de los muchos ejemplos que señala McKee en este libro puede destrozar la obra por completo. Este libro ayuda al guionista a mejorar la página escrita, y está también pensado para los diálogos que componen los dramaturgos para el teatro, y para todo aquel que trabaje en cine, vídeo o cualquiera de los nuevos formatos que se proyectan hoy en la pantalla. Incluye varios y útiles estudios de casos concretos muy útiles para los lectores tanto aficionados como profesionales.