Reseña
En el siglo XXI las mujeres artistas ya no están sujetas a un organismo represivo y protector como fue el patronazgo de la nobleza, el gremio de artistas o la Academia o, más recientemente, bajo la sombra de un pigmalión que las descubra. Tampoco conocen las obras de las mujeres que las han precedido, que yacen olvidadas y descatalogadas en los sótanos de los museos, o como obra graciosa pero menor de una colección particular.