Reseña
La multiplicación de los discursos denunciando la crisis del arte o su captación fatal por el discurso, la generalización del espectáculo o la muerte de la imagen, indican suficientemente que el terreno estético es hoy aquél donde se continúa una batalla que ayer remitía a las promesas de la emancipación y las ilusiones y desilusiones de la historia.
Este libro contiene probablemente el sustento de un filosofar que despliega un modo de mirar, pensar y hacer, como alteración de lo dado, a partir de la igualdad como principio, creando lo político como espacio. Esta formulación propone al pensamiento, pues, como espacio político de transformación disensual, no como abstracción (alejándose de la vida "común" y cotidiana) sino como alteración (mezclándose con ella). Se trata menos de comprender lo que está allí, ya trazado en evidencias de hechos, divisiones habituales, categorías determinadas, que de desarticular un orden de partición dado volviendo a articular temporariamente otro en el cual se haga lugar a lo que antes no tenía lugar.